PERE PALAHÍ

 

«Retratos de felicidad efímera (1928-1939)»

 

Pere Palahí Bach-Esteve (Girona, 1907 – Sant Cugat del Vallès, 1994)

De acuerdo con la labor de recuperación, protección y difusión del patrimonio fotográfico local y comarcal, la Bienal de Fotografía Xavier Miserachs presenta en esta edición el trabajo de un excelente creador de imágenes aficionado que vivió en primera persona el paso de las placas de vidrio a las películas sensibles, de las viejas y pesadas cámaras de madera a su inseparable Leica de carrete.

Banquero de profesión –fue director de la sucursal del Banco de Cataluña en Palafrugell y corresponsal del Banco Central durante muchos años– y fotógrafo de afición –entre otras inclinaciones, ya que también fue un reconocido ajedrecista–, Pere Palahí aprovechaba el tiempo libre que le permitían sus tareas contables para fotografiar personas, paisajes y situaciones de su entorno. Sus primeras imágenes datan de finales de los años veinte del siglo pasado, momento a partir del cual continuó retratando infatigablemente.

Estas imágenes de juventud (1928-1936), tomadas justo antes de la Guerra Civil, son las que conforman el grueso de esta exposición. El título de la muestra se refiere precisamente a la mezcla de ingenuidad y felicidad que desprenden las dos miradas, la de la persona retratada y la del fotógrafo. La juventud, los inicios de la popularización del arte de la fotografía, el espacio de entreguerras de los años veinte y principios de los treinta, la estrenada libertad de la Cataluña republicana y la naturaleza ampurdanesa como espacio de recreo y placer provocan en estas imágenes la sensación de una época de felicidad que se mantiene grabada y suspendida en el tiempo gracias a la magia de la imagen fotográfica, aunque la historia, desgraciadamente, se encargara de cambiarla completamente al cabo de muy poco tiempo.

He aquí, pues, los retratos de una felicidad efímera, como la juventud, la belleza, el placer… de la que nos queda la imagen y, con ella, el recuerdo intemporal de lo que forma parte de nuestro bagaje, de todo lo que hemos vivido y compartido.

En esta selección inédita, escogida de entre los más de 4.000 negativos y placas de vidrio que se conservan en el Archivo Municipal de Palafrugell, podemos ver todo el tejido humano y social de la época. Paisajes, bañistas, excursionistas, familiares y conciudadanos aparecen en sus fotografías con naturalidad, sin artificio, y se convierten ante nuestros ojos en un valioso documento del tiempo y del país que perdura a través de la mirada del fotógrafo.

Nuestro especial agradecimiento muy especial a Joan Palahí London y Lluís Maimí Casanovas por el cuidado y conservación de este valioso legado. También a Carles Palahí Bertran, por la inestimable ayuda que nos ha prestado a la hora de documentar las imágenes.

Comisario: Enric Bruguera

Producción: Biennal de Fotografia Xavier Miserachs

Impresión: EGM

Archivo: Arxiu Municipal de Palafrugell

«El día 6 de febrero de 1939, hacia las 3 de la tarde, oímos disparos y cañonazos por los alrededores de Palafrugell y luego oímos unos altavoces muy potentes que nos anunciaban: “Catalanes, ha llegado el Ejército nacional y el final del terror rojo.” A continuación, fuimos al punto más alto del Puig Calent para ver el acontecimiento. Estaba todo el vecindario, y uno que se llamaba Narciso Ferrer, lugareño, nos dijo: “Vosotros, que sois jóvenes, tened siempre presente este día; no lo olvidéis nunca.”

Había una multitud de soldados, oficiales, falangistas, camiones, coches y motos cargados de material bélico, acompañados de banderas y estandartes. Un espectáculo dantesco que llenaba la carretera desde Palafrugell hasta la Arrabassada.”»

Testimonio de Conrad Curanta

 

Las últimas fotografías que Palahí hizo sobre placas de vidrio (durante la guerra ya escaseaba el material fotográfico) fueron algunas de las poquísimas imágenes que existen de los primeros meses de la ocupación franquista en Palafrugell. Concretamente, el día 17 de junio de 1939 se oficiaron unos funerales, seguidos de un gran desfile por las calles del pueblo, en recuerdo de los conciudadanos asesinados por “las hordas rojo-separatistas”.